Donatien-Alphonse-François marqués SADE (1740 - 1814), novelista y filósofo francés
Carta autógrafa firmada a su consejo. Charenton-Saint-Maurice, 14 de enero de 1812; 4 páginas en-4°.
Carta de los últimos años. El marqués de Sade, privado de libertad y enfermo, dirigió sin embargo con vigilancia la explotación de sus tierras y de sus castillos: “Debo, señor, comenzar mi carta con todas las gracias que le debo por su amabilidad de responder ante todo. se opone (…) a cuidar mis intereses en sus países. Señor Rose, de quien habla con el elogio que debe evitar alguien que tiene su conciencia y que, en este momento, está dispuesto a aceptar la mía. Por lo tanto, le pido que responda a todos los puntos que contendrá esta carta, que me envíe el nombre y la dirección que debo utilizar en la correspondencia que se abrirá entre nosotros y que me envíe al mismo tiempo el modelo exacto del poder. apoderado que considere necesario para inmiscuirse en los asuntos que desea atender por mí (…). El señor Courtois, de Carpentras, gestiona mis asuntos desde hace 10 años, no contento con él por todo lo que acaba de suceder en relación con la transferencia de mis bienes a mis hijos, lo despedí. Así que el señor Rose no tendrá competencia de este lado. El antiguo señor Gaufridy d'Apt [su abogado], despedido amistosamente hace diez años, siguió siendo simplemente mi amigo. De él recibí el consejo de ponerme en contacto con usted y me promete darle toda la información que pueda proporcionarle y que tal vez necesite. Recientemente escribí un artículo de Saumane para conocer las diferentes ideas que quería extraer de esta parte. Estoy esperando respuestas, y la que le daré a este respecto contendrá la petición de llegar a un entendimiento en el futuro sólo con el señor Rose para todo lo que concierne a Saumane. Aquí está mi franqueza y mi delicadeza en reposo. Ahora entremos en algunos detalles. Creo que es necesario ante todo explicarles el objetivo de mis deseos sin debatir todo lo que podría conducir a ese objetivo o frustrarlo. Querer premiar a un hombre y a una mujer de quienes he tenido mucho que elogiar durante los diez años que ambos han estado a mi servicio, y sabiendo en el hombre principalmente todas las cualidades que pueden hacer de él un buen conserje, un excelente agricultor, y ( cuando está dirigido por el señor Rose) un buen exactor de los alquileres que se pueden adeudar, y por otro lado no querer retener más al hombre llamado Brosseli, quien, como usted puede observar, efectivamente ha obtenido una ganancia ilícita sobre la poca tierra que tiene mía, con el vano pretexto de que está allí desde hace 50 años, lo cual no es un título para mí (...) He resuelto, por tanto, establecer con las cualidades arriba señaladas en mi castillo de Saumane al hombre y la mujer de la que acabo de hablar. Pero este hogar debe vivir en el puesto que yo le doy, también debe darme todo lo que pueda, que será muy poco en los primeros años porque hasta que no esté un poco asentado en su puesto, solo le cobraré por pagar. París para mí una anualidad de cien francos al año; pero hay que acomodarse, tener algunos muebles, (…) comprar poco a poco algunos animales. Entonces veamos cómo vamos a lograr este objetivo, porque cuando llegue la casa solo tendrán sus enaguas, sus bragas y su gorro de dormir para llegar. Para mantenerlo, pienso permitirle pagar mi pensión de cien francos y sus primeros gastos. Creo que debemos empezar por ponerlo en posesión tan pronto como llegue de todas las tierras que dependen del castillo antes de que se desarrollen. A partir de ese momento, podrá obtener un poco de dinero desde el principio, para llegar a lo primero que quiero. la cosecha pendiente le pertenezca, Brosseli estando allí solo por gracia no tiene derecho sobre el fruto pendiente, no tiene arrendamiento, se ha degradado, debe descamparlo a él y a su familia en cuanto llegue mi gente y eso sin tomar un silla o un puñado de heno. Esta es mi intención y sobre la cual les pido que tomen su mano estrictamente, y aquí para mí es muy esencial mantener todo esto oculto o dice Brosseli para que vengarse no sea aumentar el tema de los agravios que Estoy en contra de él, así que debe sorprenderse, y de hecho, les aseguro que sólo les he dicho mi intención todavía. Así que aquí está mi hombre establecido, y me imagino que por lo que me dices sin el aumento en el precio de la tierra cuando Brosseli ya no esté, y por la certeza donde estamos tú y yo de que dicho Brosseli vive bien en el puesto. mi gente también podrá vivir allí cómodamente y poco a poco hacer frente a mi venta de cien francos, única carga que les dejaré hasta que estén más cómodos. Pasemos ahora a los medios sobrantes para hacerlo existir y luego poder gastar en mí algo más de cien francos, hace tres años que talan el pequeño bosque detrás del castillo. Por lo tanto, será probable que sea dentro de tres años y estos objetos que incluimos en su arrendamiento con las modificaciones y reservas habituales (…) Una vez me dijeron que produjera dos o tres mil francos por cada cupé, incluidos los maricones (…) aquí es otra manera más de abandonar todo esto para ocuparse de la existencia de mi pueblo, a costa suya y a mis ingresos, razón de más para aguantar (…) Brosseli, que conociendo nuestros puntos de vista no dejaría de degradar esta bebida como lo ha hecho antes. Ahora lleguemos al resto de los cien. Cualesquiera que sean las dificultades que surjan, no las considero del todo ilusorias. Estas rentas se mezclan con el feudalismo y con el precio de una concesión básica; por tanto, ¿no es posible separar esto de hacer pagar a la gente lo que la ley cedió? yo y renuncié al resto? (…) ¿Esto todavía no puede tener éxito? Estuve en Saumane [el castillo de Saumane] en los tiempos más espinosos de la revolución, como recordarán, exigí amistosamente estas ventas, en tres meses gané dos mil francos, las leyes son las mismas sobre este objeto, ¿por qué habría de hacerlo? no hacer bajo un régimen pacífico lo que hice bajo el de terror (…) Adjunto el artículo de la ley, y una nota al respecto hecha por el hijo del abogado Gaufridi sobre el viaje que realizó hace tres años a París y donde Hablé con él sobre esto. En una palabra, a aquellos a quienes no persuadís con dulzura, les interpeláis si no veis nada que ganar. Nos queda hablar de tierras valiosas. Este hombre es pobre, dices. Bien, pero me robó, y cuantos menos medios tenga para apoyar una demanda, más fácilmente me parece que podremos aceptar lo que me está usurpando. Mi opinión es por tanto (…) dotar a los míos de una mayor dosis de medios para poder, como acabamos de decir (…) hacer frente a sus gastos, pagar mi venta y mantener su casa, es decir la castillo cerrado, sano y equipado con muebles esenciales (...) esto es todo lo que tengo que decir sobre nuestra operación, agrego que también tengo algunas otras ventas de naturaleza similar tanto en Mazan como en La Coste y de las cuales Estoy esperando la información, le pediré al Sr. Rose que tenga la amabilidad de encargarse de ella tan pronto como se la haya enviado (…) Esto muy bien me permitirá decirles, tal vez señores, sus medios para venir. limitándolos a unas pocas cosas como lo hacéis podéis tener algún éxito, pero esta casa que nos estáis anunciando y que tal vez llegue a Pentecostés cómo proporcionarle inmediatamente los primeros muebles que necesita, los dos o los primeros tres meses de vida subsistencia (…) ya que todo esto está en el desorden que os hemos pintado? Ciertamente, señor, su objeción es justa pero (…) usted me dijo que el señor Rose era un hombre hábil, inteligente, activo, por eso es a él a quien informo (…) Estoy esperando con su primera carta, el modelo de el poder que le será necesario, solicitándole que incluya todo lo que crea útil para el éxito de mi plan, que creo está suficientemente detallado en la larga carta (…)”
El marqués de Sade pasó los últimos años de su vida internado en el asilo de Charenton por decisión del primer cónsul Napoleón Bonaparte quien, después de leer a Justine, declaró: “El libro más abominable que ha dado a luz la imaginación más depravada” (Le Saint Memorial de Elena). Las autoridades morales temen que sus escritos perviertan a la población. En Charenton, Sade fue continuamente observado y controlado en su producción literaria, aunque durante un tiempo consiguió, bajo la buena dirección del director de Charenton, el señor de Coulmiers, organizar representaciones teatrales con virtudes terapéuticas según este último. Pero la censura bajo el imperio puso fin a este entretenimiento considerado inapropiado. Posteriormente, su detención se hizo más severa con la prohibición de tocar tinta y papel. Obeso y enfermo, el marqués de Sade murió el 2 de diciembre de 1814, irónicamente, al mismo tiempo, su perseguidor, el emperador depuesto, soportaba su primer exilio en la isla de Elba.
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Donatien-Alphonse-François marquis SADE (1740 - 1814), romancier et philosophe français
Lettre autographe signée à son conseil. Charenton-Saint-Maurice, 14 janvier 1812 ; 4 pages in-4°.
Lettre des dernières années. Le marquis de Sade privé de liberté, malade, dirige néanmoins avec vigilance l'exploitation de ses terres et de ses châteaux : « Je dois Monsieur commencer ma lettre par
tous les remerciements que je vous dois sur ce que vous aver la bonté d'abord de répondre aux objets (…) pour prendre soin de mes interets dans vos contrees. M. Rose dont vous parler avec les éloges
que doit n'éviter quelqu'un qui a votre consience et que, de ce moment engage de vouloir bien agréer la mienne. Je le prie donc de vouloir vous répondre a tous les objets que va contenir celle-ci, a
m'envoyer le nom et l'adresse dont je dois me servir dans la correspondance qui va s'ouvrir entre nous et de m'envoyer en meme temps le modele exacte de la procuration qu'il jugera necessaire pour
simmiscer dans les affaires dont il veut bien se charger pour moi (…). M. Courtois, de Carpentras regissait mes affaires depuis 10 ans, peu content de lui dans tous ce qui vient de se passer
relativement a la cession de mes possessions a mes enfans, je l'ai revoqué. Ainsi M. Rose n'aura aucun concurrent de ce coté. Jadis M. Gaufridy d'Apt [son avocat], revoqué amiablement depuis 10 ans
il est simplement resté mon ami. C'est de lui-même que je tiens le conseil de m'adresser a vous, et il me promet de vous donner tous les renseignements qui peut fournir, et dont vous pourrier
peut-être avoir besoin. J'ai écrit dernierement a un papier de Saumane, pour differentes lumières que je voulais tirer de cette partie. J'attends des reponses, et celle que je lui fairai a cet egard
contiendra la priere de s'entendre a l'avenir qu'avec M. Rose pour tout ce qui concernera Saumane. Voila ma franchise et ma delicatesse en repos. Entrons maintenant dans quelques details. Je crois
qu'il faut avant tout vous exposer le but de mes desirs sans a debatre apres tout ce qui pourra devoir ou contrarier ce but. Voulant recompenser un homme et une femme dont j'ai eu fort à me louer
depuis dix ans que l'un et l'autre sont à mon service, et connaissant à l'homme principalement toutes les qualités qui peuvent faire de lui un bon concierge, un excellent fermier, et (quand il sera
dirigé par M. Rose) un bon exacteur des rentes qui peuvent mettre dues, et ne voulant pas d'une autre part conserver plus longtemps le nommé Brosseli, qui, comme vous le remarques s'est bien fait un
gain illicite sur le peu de terres qu'il a à moi, cela sous le vain pretexte qu'il y a 50 ans qu'il est là, ce qui est pas un titre pour moi (…) j'ai donc resolu d'établir avec les qualités désignés
ci-dessus dans mon château de Saumane l'homme et la femme dont je viens de parler. Mais il faut que ce menage vive dans le poste que je lui donne, il faut de plus qu'il me fasse passer tout ce qu'il
pourra, qui sera tres peu de chose les premieres années car jusqu'à ce qu'il soit un peu assis dans son poste, je ne le chargerai que de payer à Paris pour moi une rente de cent francs par an ; mais
il faut s'établir, avoir quelques meubles, (…) acheter peu à peu quelques animaux. Voyons donc comment nous allons parvenir à ce but, car le menage en arrivant n'aura que ses jupons, ses culottes, et
son bonnet de nuit pour arriver. J'envisage pour le soutenir, le mettre a meme de payer ma rente de cent francs, et vos premiers frais. Je crois qu'il faut commencer par le mettre en possession des
qu'il arrivera de toutes les terres dependantes du château avant que les mettent en valeur des ce moment la, il puisse des le commencement se procurer un peu d'argent, pour y parvenir, je veux
d'abord que la recolte pendante lui appartienne, Brosseli n'étant conservé la que par grace n'a nul droits aux fruits pendant, il n'a point de bail, il a degradé, il faut qu'il decampe lui et sa
famille aussitôt que mes gens arriveront et cela sans emporter ni une chaise, ni une poignée de foin. Telle est mon intention et sur laquelle, je vous prie de tenir severement la main, et voila pour
moi il est tres essentiel de tenir tout ceci caché ou dit Brosseli afin que pour se venger, il n'est pas augmenter le sujet des griefs que j'ai contre lui, il faut donc qu'il soit surpris, et à set
effet, je vous assure que je n'ai encore dit mon intention qu'a vous. Voila donc mon homme établi, et j'imagine que dapres ce que vous me dites sans l'augmentation du prix des terres quand Brosseli,
ni sera plus, et d'apres la certitude ou nous sommes vous et moi que le dit Brosseli vit bien dans le poste mes gens pourront egalement y vivre à l'aise et peu a peu faire face a ma vente de cent
francs, seule charge que je leur laisserai jusqu'a ce qu'ils soient plus à l'aise. Venons maintenant aux surplus des moyens de la faire exister et de pouvoir par la suite, me faire passer un peu plus
que cent francs, il y a trois ans que le petit bois qui est derriere le château n'a été coupé. Il sera donc susceptible de l'etre dans trois ans et ces objets que nous faisons entrer dans leur bail
avec la modification et reserves d'usage (…) on m'a dit autrefois produire deux ou trois mille francs à chaque coupé, compris les fagots (…) voilà encore un moyen en abandonnant tout cela de parer a
l'existence de mes gens, à vos frais, et a ma rente, raison de plus pour tenir (…) Brosseli qui connaissant nos vus ne manquerait pas de degrader ce bois comme il l'a déjà fait. Atteignons maintenant
le reste des cent. Quelques difficultes que parait je ne le vois pourtant pas comme tout a fait illusoire, Ces rentes sont melees de feodalité, et du prix d'une concession de fond, n'est il donc pas
possible de separer cela de faire payer ce que la loi m'a cedé et de renoncer au reste ? (…) cela ne peut il pas reussir encore ? J'ai été a Saumane [le château de Saumane] dans les temps les plus
epineux de la revolution, vous vous en souvener, j'exigeai amicalement ces ventes, en trois mois je fis deux mille francs, les loix sont les memes sur cet objet, pourquoi ne fairai-je pas sous un
regime tranquile ce que j'ai fait sous celui de la terreur (…) Ci-joint est l'article de la loi, et une note faite relativement a cela par le fils de l'avocat Gaufridi au voyage qu'il fit il y a
trois ans a Paris et ou je lui parlais de cela. En un mot ceux que vous ne persuaderer point par de la douceur, vous plaiderer contre eux si vous voyez point a gagner. Il nous reste a parler des
terres de valeur. Cet homme est pauvre dites-vous. Soit, mais il m'a volé, et moins il aura de moyens de soutenir un procès et plus aisément il me semble nous pourrons rentrer dans ce qu'il m'usurpe.
Mon avis est donc (…) de procurer au mien une plus grande dose de moyens de pouvoir comme nous venons de le dire (…) faire face a vos frais, a payer ma vente, et a entretenir son habitation, cet a
dire le château clos et sain et muni des meubles de premiere necessité (…) c'est a peu pres tout ce que j'ai a dire sur notre operation, j'y ajoute qu'ayant egalement quelques autres ventes de
semblable nature tant a Mazan qu'a la Coste et dont j'attends les renseignements, je prierai M. Rose de vouloir bien s'en charger aussitôt que je la lui aurai fait parvenir (…) Voilà qui va fort bien
m'aller vous dire, peut-être messieurs, vos moyens a venir en les bornant a peu de choses comme vous faites pourrons avoir quelque succès, mais ce menage que vous nous annoncer qui va peut etre
arriver a la pentecote comment lui procurer de suite, les premiers meubles dont il a besoin, les deux ou trois premiers mois de subsistence (…) puisque tout cela est dans le desordre que nous vous
avons peint ? Assurement messieur votre objection est juste mais (…) vous m'aver dit que M. Rose était un homme adroit, intelligent, actif, c'est donc a lui que je lui en rapporte (…) j'attends avec
sa premiere lettre, le modele de la procuration qui devra lui etre necessaire, le priant d'y faire entrer tout ce qu'il croira utile a la reussite de mon plan que je crois suffisament detaille dans
la longue lettre (…) »
Le marquis de Sade passe les dernières années de sa vie interné à l'asile de Charenton sur décision du premier Consul Napoléon Bonaparte qui ayant lu Justine déclara : « Le livre le plus abominable
qu'ait enfanté l'imagination la plus dépravée » (Le Mémorial de Sainte-Hélène). Les autorités morales craignent que ses écrits ne pervertissent la population. A Charenton, Sade est continuellement
observé, contrôlé dans sa production littéraire, même si un temps il réussit, sous les bons hospices du directeur de Charenton, M. de Coulmiers, à organiser des représentations théâtrales aux vertus
thérapeutiques selon ce dernier. Mais la censure sous l'empire met un terme à ce divertissement jugé inapproprié. Sa détention devient par la suite plus sévère avec l'interdiction de toucher de
l'encre et du papier. Obèse et malade, le marquis de Sade meurt le 2 décembre 1814, ironie de l'histoire, au même moment, son persécuteur, l'empereur déchu endure son premier exil sur l'île de
d'Elbe.